"Leer desde el privilegio" por Leerte13

Publicado por Tríada Ediciones en

Es un tema universalmente conocido (y peliagudo) hablar de “plata” y del “bolsillo” de las personas, pero no por ello inabordable desde una perspectiva de género, más si consideramos la brecha salarial existente entre lo que ganan los hombres versus las mujeres en diferentes áreas, entre ellas el arte.

Escribir lo es y en nuestro país el arte está considerado un lujo, por ende, el acceso a este es complejo y más cuando quieres ingresar como artista o creador/a. Más difícil es aun “triunfar” en las artes, entendiendo triunfar como cumplir la expectativa inicial del/a artista (ser popular, ganar dinero, ser leíde, trascender, etc). Para ello se necesita una mezcla de talento y suerte similar a la fórmula del Dr. Jekyll, por lo ajustada que tiene que ser dicha fórmula. Pero claro, algunas personas parten con una mejor “suerte” que otras. Porque si algo nos dejó claro el estallido social del 18-O es que no todos somos iguales y que al parecer “hay que compartir los privilegios”.

En resumen, si ya es complejo ingresar y triunfar en el mundo editorial, sumen a ello dos factores más: ser mujer y ser pobre, entendiéndose como ser pobre como la falta de acceso a medios. Si no me creen, intentemos el siguiente ejercicio: ¿Cuántas autoras nacionales conocidas/leídas conoces que hayan sido de escasos recursos? ¿A cuántas puedes nombrar que no tengan un apellido rimbombante o vinoso y/o parientes con recursos y conexiones? ¿A cuántas puedes nombrar que no hayan tenido acceso a educación superior? Con suerte yo recuerdo a Gabriela Mistral y su caso da para un montón de columnas más. ¿Se les ocurre alguna más? Yo creo que sí las hay, en regiones para ser más específicos, pero que obviamente por los factores ya analizados, así como muchos más, no tienen la visibilidad o las oportunidades que tiene una mujer que además vive en la capital del país, ya que aparte, nuestro país está centralizado.

Esto me hace pensar en cuántas voces nos hemos perdido porque esa voz no tiene la “suerte” de ser escuchada por los oídos indicados. Cuántas realidades nos están arrebatando porque nuestros ojos están ocupados en las que nos quieren vender. Aparte, Chile es un país donde se discrimina por casi todas las razones que puedas imaginar. Por allí leí la entrada a un blog de una chica que entró a trabajar en una editorial “de las conocidas” para renovar el catálogo y hablando con el editor en jefe, este le señala “que no ponga mujeres” ya que cuesta mucho lograr una foto “atractiva” de ellas, requisito fundamental para que el libro se venda. O sea, en Chile les lectores compramos el libro por la portada, si esa portada tiene una mujer “atractiva”. Las mujeres seguimos siendo un objeto de consumo, más que nuestro arte, nos vendemos a nosotras para poder tener “éxito” o ser tomadas en cuenta como una voz con algo importante que decir. Es horrible y algo que debemos cambiar. Así como se borraron las fotografías de los Curriculum Vitae, ¿por qué no borrar las fotos de les escritores de los libros?

Otro prejuicio asociado a la prosa de las mujeres es el de que sólo escriben romance o todo lo que escriben está asociado a la búsqueda del amor de pareja, un prejuicio muy lejos de la realidad, junto con otro que señala que sólo las mujeres leen a escritoras y por ende, al ser escritora se “reduce” tu cantidad de lectores, ya que al parecer también se tiene la idea de que las lectoras son pocas, ya que al parecer, por ser mujeres tenemos poco tiempo para las actividades de “ocio”. Un prejuicio que puede ser fácilmente erradicado con sólo entrar a las comunidades de Bookstagrammers y booktubers nacionales e internacionales, la mayoría de las creadoras de contenido son mujeres (y también hay muches miembres de las comunidades LGTBQ que da para otro análisis), las cuales también son grandes consumidoras de literatura de todo tipo, mostrando mayor apertura a las temáticas nuevas, así como analizando las obras antiguas, en especial aquellas no tan conocidas.

Nuestra labor actual como lectoras y lectores (los que deseen incluirse) es generar espacios de visibilización para aquellas escritoras de nuestras localidades, darnos el tiempo de conocer sus obras, su contexto, su inspiración y poder promoverlas para que puedan obtener mayor alcance. Vale decir, si no tenemos “suerte”, crearla. Por supuesto esto no es obligación, pero sí es una gran ayuda abrir los canales de comunicación a quienes no tienen el tiempo o los espacios para, aparte de crear, presentar su trabajo a las masas y eso es algo que cualquiera que le haya gustado la obra puede hacer, mediante videos, fotos, reseñas, etc., en sus redes sociales o con el boca a boca. Dentro del mundo lector, siento que parte de “compartir mis privilegios” tiene que ver con ello, conectar lectores y autores, a fin de que sus voces sean escuchadas (leídas) y que se abra por fin un mercado con menos prejuicios y mayor inclusión.


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