"Cómo lee una feminista" por Nahibya

Publicado por Tríada Ediciones en

Ser feminista no es ser de otro mundo, es querer otro mundo. 

Desde que te pones las gafas violeta comienzas a ver las cosas diferentes, y a ello no escapa la literatura. El feminismo no se trata de leer obligatoriamente y en una maratón a Beauvoir, Butler, Despentes u otras. Para ser feminista no tienes por qué tener una mochila teórica encima, pero si se nos exige algo y eso es ser críticas.

¿Cómo debería leer una mujer feminista un libro? ¿Tengo yo la respuesta? No, porque todos los feminismos son distintos y cada persona puede hacer lo que se le da la gana. ¿Tengo yo parámetros en mis lecturas? Sí. Por ejemplo, al Marqués de Sade no me acerco ni aunque tenga pegado un chocolate encima, porque no veo la crítica, ni siquiera logro justificarlo con el contexto, es simple y sencillamente abuso, humillación y violencia constante hacia la mujer. Pero hay otros libros que son problemáticos y aun así pueden ser disfrutados por una feminista. 

En Instagram @fotos_extravagantes comenta: “Es lo que pasa con los textos de Lovecraft. Si los analizas bien son muy racistas y lo podrían fácilmente funar. Pero cuando sabes que tenía una especie de Asperger, que vivió aislado de otros niños y viviendo en una localidad en que había más blancos que otra cosa, entonces puedes comprenderlo, pero no justificarlo. Así puedes darte cuenta que una actitud es condenable y no se debe repetir, pero identificarla. Por eso en los dvds de los Loonys Toons tienen a una actriz afrodescendiente explicando el contexto histórico en el que iban y que eso no se pueda perder y olvidar”

Ser feminista implica demasiadas cosas, es la ropa que te pones todos los días para salir a la calle (no en sentido figurado), pero se espera que seamos intachables, lo cual es ridículo, pues a nadie se le exige tanta coherencia como a una feminista y leer, aunque puede llegar a ser un espacio público, es generalmente el lugar privado donde te encuentras con tus ideas poniéndose a prueba. He sabido de muchas feministas que se niegan a leer textos de ciertas personas u hombres porque su moralidad no va con sus puntos de vista; excelente, no hay problema, es lo que se llama cancelar. Todos somos distintos, ¿te gusta a ti? ¿No?, pues bien. 

Pondré dos ejemplos. 

JKR: Hay quienes dejaron de leer sus textos por sus dichos transfóbicos. Hay feministas transfóbicas a las que esto no le importa, hay feministas inclusivas a las que sí. En lo personal, decidí no leer nada más de ella que Harry Potter.

Oscar Wilde: Es mi autor favorito, ¿misógino?, muchas veces sí, pero escribió sus libros en el siglo XIX, es decir, hay un contexto en el que ser misógino no te llevaba a la horca. 

Por lo anterior es que quise diseccionar mi forma de leer en cuatro simples pasos. 

Paso 1 - Leer: leer le abre puertas a discusiones, a argumentos, a conocer distintas maneras de ver el mundo y eso una feminista lo necesita para enfrentarse a la ignorancia con que sus opiniones son recibidas en varios sectores de la población.

Paso 2 - Identificar el contexto: antes de realizar cualquier crítica al texto una feminista necesita situar el libro en su época histórica y en la sociedad de desarrollo. Por ejemplo, en Martín Rivas, tenemos mujeres de clase alta que se mueven entre vestidos incómodos y de tertulia en tertulia, sonriendo; el mayor feminismo en ellas es desafiar al padre por enamorarse de un joven pobre. ¿Es eso deleznable? En absoluto, es la búsqueda de su libertad en un contexto específico, es completamente feminista, aunque su lucha sea por un hombre, pero está desafiando al patriarca, haciendo valer sus escasos derechos. Lo mismo sucede en la gran mayoría de los libros de Jane Austen, una persona que solo ve el presente y no entiende el análisis del pasado desde el pasado, diría que Jane Austen es tremendamente machista porque sus mujeres solo piensan en hombres, viven por hombres, luchan por hombres. Sin embargo, la época les permitía poco más. En los libros de Austen podemos ver mujeres independientes, que se enfrentan a las decisiones familiares, que esperan que su amor sea ganado y no entregado a alguien por una dote, etc.

En Instagram @elestudiodeandi sobre esto nos comenta: “Para mi leer de manera feminista es darme cuenta de cómo la mujer era tratada (en los clásicos especialmente) y qué era lo que más importaba (el matrimonio) o en que el personaje femenino tenga otra motivación que no sea solamente estar con X personaje, que tenga diálogo. También es darse cuenta de las relaciones tóxicas y/o actitudes machistas de X personaje”

Paso 3 - Análisis del texto: después de haber realizado los dos pasos anteriores podemos al fin criticar lo que leemos, desde el pasado y desde el presente. Leo Drácula y detesto el rol que cumplen las mujeres en el libro, son básicamente pecadoras, pero entiendo el contexto. El análisis nos permite identificar la ausencia de mujeres, que dependiendo de la situación, es tan terrible como la utilización de su figura como objeto; nos permite reconocer conductas sexistas y dejar de romantizarlas; nos permite ir más allá de nuestro mundo occidental y cristianizado y exigir personajes o historias fuera del llamado feminismo blanco.

En Instagram @Animhdez nos comenta: “ser una lectora feminista es sobretodo (sic) cuestionarse lo leído, sin castigarse por aquellas cosas que nos llaman la atención y que pueden ser problemáticas, pero siempre cuestionando todo”. 

Paso 4 - Buscar: ser una lectora feminista implica ampliar nuestros horizontes, no quedarnos solo con la autora o el autor conocido. En el último tiempo he leído Binti, Bruja Akata, El Color Púrpura, La Quinta Estación, todos libros de autoras “negras” a los cuales jamás hubiera llegado sin iniciativas feministas que buscan dar a conocer mujeres con otras vivencias.  

Leer es la manera de conocer el mundo para algunas personas como yo, por eso es que si queremos cambiarlo debemos ser exigentes con nosotras mismas y con nuestras autoras y autores. No podemos buscar una moralidad perfecta porque no existe, pero sí buscar muchas moralidades y cuestionarlas.


Compartir esta publicación



← Publicación más antigua Publicación más reciente →


2 comentarios

  • Como siempre, una gran reflexión, Nahibya. Alguna vez leí que si dejáramos de leer a todes les autores “cancelables”, apenas tendríamos algo que leer. Creo que lo importante es reconocer que ser humanes significa aceptar una dualidad: somos ángeles y demonias a la vez. De Asimov, por ejemplo, me resulta insoportable su misoginia y el hecho de que era una acosador de mierda, pero también rescato sus reflexiones humanistas, su antibelicismo, su confianza en la inventiva humana. Y reconozcamos también que el hecho de no ser funable no te convierte necesariamente en buena persona o buena escritora. Si seguimos creyendo que el mal está solo fuera de nosotres, no seremos capaces de enfrentar nuestras sombras.

    Jorge Román en
  • Hace unos años (gracias a Nahibya) comencé a cuestionar un poco más lo que leo. Antes me incomodaban algunas partes de un libro y las dejaba pasar, como siempre había hecho en la vida, con todo. Ignorar. Pero leer además de divertir y llenar el corazón, debe generar algo, creo yo, hacer un clic y dar paso a una conversación, un debate. O un simple análisis, si no hay con quién hablar.
    Me cuesta decir “soy feminista”, por lo mismo que se plantea en el texto, por ser feminista te exigen un conocimiento extenso en el tema para poder defenderte, sino pierdes por todos lados. Si no citas un libro, un autor, una entrevista de alguien tu opinión no vale de nada. Sin embargo, un machista puede despotricar al mundo y nadie le pide una base teórica, una bibliografía que lo sustente.

    Yan en

Dejar un comentario

Por favor, tenga en cuenta que los comentarios deben ser aprobados antes de ser publicados